Autor: Daniela Tapia
Edición: Daniel Romero-Alvarez
Referencia original:
Armijos‐Jaramillo, V., Yeager, J., Muslin, C., & Perez‐Castillo, Y. (2020). SARS‐CoV‐2, an evolutionary perspective of interaction with human ACE2 reveals undiscovered amino acids necessary for complex stability. Evolutionary Applications, 13(9), 2168-2178. https://doi.org/10.1111/eva.12980
Era el final del 2019, cuando se desencadenó una pandemia global que acabó con el transcurso natural de la historia y marcó un antes y un después en la narrativa del mundo. Todo este suceso fue protagonizado por el ahora bien conocido supervillano: el virus SARS-CoV-2. Un organismo de aproximadamente 83 nanómetros de diámetro el cual está formado únicamente por proteínas y ARN. Este curioso organismo provocó masivas pérdidas económicas y aproximadamente 6,2 millones de muertes según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Durante todo 2020, las investigaciones alrededor de la comprensión y caracterización del SARS-CoV-2 fueron prioritarias. En Ecuador, un grupo de investigadores se enfocaron en analizar una de las proteínas involucradas en la infección viral—proteína Spike (S) y su interacción con el receptor humano hACE2, buscando entender la evolución del virus, y responder a la pregunta ¿Por qué el virus es tan hábil para infectar células humanas?
Mediante herramientas de bioinformática, los investigadores armaron un árbol filogenético y construyeron un modelo dinámico de la proteína S, para entender la unión de las proteínas del virus con el receptor humano. Encontraron que existen varios nodos en el árbol filogenético con selección positiva, es decir, que mantienen rasgos favorables para la supervivencia del virus, lo que indica que los cambios evolutivos no son uniformes. También, encontraron gran similitud evolutiva entre el SARS-CoV-2 que infecta a humanos con el coronavirus que fue descubierto como agente infeccioso de pangolines. Esta observación plantea la posibilidad de recombinación entre un coronavirus nativo de pangolín y un coronavirus de murciélago, lo cual podría haber contribuido al origen del SARS-CoV-2.
Además, el modelo dinámico proteína-receptor demostró que si se interfiere con puentes de sal en una porción molecular específica de la interacción, podría inhibir la unión del virus y la célula humana lo que evitaría la infección y puede ser importante de considerar para el desarrollo de fármacos.
Esta investigación, ayudó a comprender la interacción entre la proteína S del SARS-CoV-2 y ACE2, información que es crucial para desarrollar terapias y vacunas efectivas. Este conocimiento fortalece la capacidad para combatir futuros virus-villanos emergentes y es parte de nuestra lucha por perseverar en escribir la historia de la humanidad.
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